"En
una época artística en frecuente fluctuación es una delicia encontrar
una pintura sin forcejeos semánticos, de apariencia tan sencilla como
hojas de octubre a disposición del viento, con notas musicales y,
citando a Guillén, “puntos de luz latente que dan señales de una sombra secreta, pero el color, infiel a la penumbra, se consolida en masa”.
Ana
Delgado es soñadora, ambiciosa a su manera, trazando armonías y
estructuras firmes en un lenguaje de plenitud creativa para vivir y
sentir el apogeo de las formas en un precioso jardín a la vez fugaz y
contemporáneo. Posee un gusto exquisito y severo que
recorre en sus lienzos una obra completa que resplandece con fe y
asombro, llena de silencios y espacios fugaces para mostrarnos una
atmósfera de pinceladas sin lindes, serenamente, con modestia,
murmurando intimidad, corazón y melancolía. Entre esos límites Ana
guarda sus misterios, vive su aventura, cree en su firme andar de
sosiego y seguir soñando la pintura".
Pablo Lanuza (pintor y profesor de Bellas Artes).